En la siguiente nota vamos a hablar sobre la motivación. Cómo generarla y despertarla.
Cada vez más las instituciones dependen de su habilidad para responder con rapidez a las cambiantes demandas de los alumnos y sus familias para poder sobrevivir. No se trata de cambiar porque si, sino de reflexionar y responder en forma flexible al cambio.
En nuestra nota anterior del blog, Cambiar para mejorar. Innovar para motivar, destacábamos que en las instituciones educativas no se trataba de cambiar porque si, sino de innovar con sentido, de innovar para mejorar.
Ahora bien, para poder despertar la creatividad que conlleve a la innovación, para ser creativos, necesitamos reforzar nuestra curiosidad y concentración, fortalecer la autoconfianza y que principalmente los directivos de la institución faciliten un clima que así lo propicie. Debemos estar dispuestos a ver y revisar qué funciona y qué no, a formular nuevas estrategias creativas para estar un paso adelante en el fascinante mundo de la educación.
Definir un norte, un propósito claro como institución ayuda a despertar la motivación de todos. Porque significa que tenemos que pensar libremente con un propósito.
Frente a estas ideas, que seguramente van a ser distintas que hace un tiempo atrás porque las personas somos distintas y los tiempos también, los directivos tienen que estar atentos a reconocer las buenas acciones de sus colaboradores, que puede ser mediante agradecimiento, respeto y/o oportunidades de modo que esto redoble la apuesta del colaborador a seguir aportando ideas.
Para incentivar a los jóvenes y motivarlos a dar lo mejor de sí, es importante ofrecerles tareas en las que puedan demostrar sus habilidades, buscarles un mentor o proponerlos a ellos mismos como mentores. Escucharlos, entenderlos, comprenderlos y ayudarlos a identificar su talento.
En definitiva, la motivación es aquello que activa a una persona. Está claro que las características de los alumnos de este XXI difieren de las del siglo XX. Éstos se motivan haciendo, no sólo escuchando. Son nativos digitales, no conocen un mundo sin tecnología, pueden contactarse con quién quieran y desde donde deseen incluso cuando lo deseen, tienen un acceso ilimitado a la información y se comprometen más cuando hay un desafío o algo que despierte su interés.